Los toros para 2023: el fiasco, los públicos por venir y la primera fila de Millennials

 "Treinta Artillero y Siete Decidor es la base de todas las ganaderías del encaste Domecq que conocemos hoy en día" Pablo del Rio ganadero de bravo


En corridas de toros, el núcleo de la propuesta que usa todo empresario para vender entradas son los carteles. En esencia son combinaciones de toro y torero. Sin embargo, los públicos, aunque formen parte del espectáculo y le den el sabor particular a cada plaza; no forman parte de la mezcla de marketing taurino que usualmente se analiza en este negocio. Como aficionado a los toros por más de medio siglo y economista, creo conocer en algo este “negocio”. Incluso recientemente he puesto algunos números sobre Acho, pero hoy hablaré de lo que está por venir. Eso sí, con mi gusto por lo ecléctico, pero con la practicidad jesuita. Esa que los hace capaces de bajar a Jesús, porque necesitan la madera para salvar al hombre.


Doy inicio con el rey de la fiesta, el toro. Es conocido que vivimos la era del "mono encaste". ¿Qué significa? que mayoritariamente se acartelen ganaderías del encaste Domecq, pero ¿por qué llena un encaste como el de Domecq? La respuesta resumida que nos venden es que por un lado es bonito, noble, bravo, con cara, hondo, con largo de viga, proporcionado y redondo de culata; el mejor para realizar el toreo moderno y el que piden las figuras porque les da posibilidades de triunfo.

Pero la verdad, como todo en la vida, no es como nos la pintan. En mí entender esta en que ha sido más fácil y menos costosa la inversión en Investigación.  Por ello iniciaba esta entrada con la cita del ganadero Pablo Del Rio quien recordó la importancia de Artillero y Decidor. Cabezas de dos familias determinantes en el encaste. Para aquellos que no conozcan, los sementales de bravo viven en promedio entre 14-16 años con un número limitado de crías. No fue el caso de Decidor, que murió pronto cubriendo solo tres camadas. Pero la "magia ganadera" está en que, basados en la selección, se tiene la capacidad reproducir caracteres morfológicos y conductuales de un individuo hacia la mayoría de otros nuevos individuos.

Como ven no voy a contar de la vida de Artillero ni de Decidor, ni la de otros importantes sementales del encaste. Solo he querido precisar, que los nuevos sementales requieren que alguien los seleccione buscando disponer base común de caracteres a transmitir; y que las actividades de crianza que necesitan, sean cada vez mejores. Porque el factor genético es solo treinta por ciento, lo restante está en el manejo del ganado.

Es por esta razón, que los ganaderos líderes constantemente están revisando en que se han equivocado: ¿hemos hecho algo mal?, ¿hay algo que buscar o por cambiar?, ¿hemos hecho la selección con rigor?, ¿alimentación ha sido mala? ¿cómo, cuanto y cuando se realiza esa alimentación?, el saneamiento, etc. En resumen, los ganaderos como "locos" profesionales revisan todo, por si aquello afectó lo que con esfuerzo han venido realizando durante años.

Lo detallado es a lo que me refería en cuanto a la inversión en investigación y desarrollo (I+R), en particular de la bravura que es lo incrementa el precio del ganado bravo respecto del de carne o leche. Que si bien se pesa en la báscula no se vende por kilo, sino se paga por su comportamiento durante la lidia.

Pero los ganaderos de bravo no son científicos de PhD, son alquimistas que reconocen lo que gusta a los públicos y trabajan con lo que tienen (encaste). Por ello veremos siempre que aparecerán ganaderos capaces de sacar bravura en los suyos, permitiendo que toreros logren los triunfos deseados.

Recordemos, que el crecimiento en el número de corridas a finales del siglo veinte, requirió disponer de más toros; y de más días en que los toreros que estuvieran dispuestos a matarlos, o de más toreros. Esto hizo creciente que más fueran los involucrados en hacerse ganaderos. Mientras los toreros tuvieron las escuelas taurinas, que les facilitaron el camino de lo que antes se hacía de otra manera. Los ganaderos dispusieron del encaste (Domecq), y de la familia Domecq Solís (Juan Pedro, Fernando y Borja) que ayudaron a transmitir vientres, pero sobre todo conocimiento. Permitiendo disponer de más toros, al facilitar la crianza por parte de nuevos ganaderos. Además, porque ganaderos con otros encastes no lograron lo mismo.

Como ven la conclusión respecto del encaste Domecq del segundo párrafo la considero en esencia falsa. Porque es la raíz costo efectiva del encaste la que ha permitido su masificación. En esencia con Domecq es más económico y más sencillo producir más número de toros que puedan ser vendidos y faciliten el triunfo

Así llegamos a que, junto a las preocupaciones usuales, luego de los dos años de pandemia, se requirió la reducción del número de vientres; pero también el número de sementales, e incluso de cambios en el manejo. Ello con el propósito de sostener lo que se caía por haberse parado en seco. Entonces, las consecuencias totales las veremos dentro de tres años, en las primeras novilladas. Los efectos conductuales del covid en los toros, no en cuanto al número de ejemplares en sí; sino en cuanto a su bravura, entrega, humillación y transmisión en el promedio de ejemplares de las ganaderías, se sentirán en la arena en ese tiempo.

Hoy solo podemos decir que, por lo apreciado durante el año 2022 en España, Francia y algunos países de América. Que el encaste Domecq seguirá siendo el dominante y que la mejora en la bravura y crianza del toro de lidia se mantiene. Sin embargo, ello no es un ningún indicador valido respecto de la transformación que sigue aconteciendo en el campo producto de la pandemia. Veremos como se ha alterado el gusto de la selección, así como el número de esta.

Ahora vayamos a otro de los actores. Dentro de las empresas taurinas cada vez más formales, hemos visto llegar y dominar, a los empresarios-apoderados. Esos que organizan gran número de festejos al menor costo medio, asegurándose el mayor margen posible para ellos. Este fue un gran cambio paulatino respecto del empresario de antes. Ese que contrataba a toreros que permitían que el último duro sea siempre para el empresario. Dos matices que los aficionados sabemos reconocer con el olfato, cuando se anuncian carteles y precio de las localidades.

Sin entrar en ese detalle que lo desarrollaré en otro oportunidad. Considero que las propuestas comunicacionales de las empresas seguirán “educando e informando” a su público a través de la literatura y la prensa. Veremos y leeremos, lo que ellos quieren que se "vea" y "lea" que permita a “sus clientes” recordar cuando salieron de la plaza toreando; eso sí, con menos dinero en sus bolsillos.

Aunque ahora están incluyendo cada vez más "influencers digitales” pero siempre de su "afecto o afiliación". Esta tendencia si bien es legal, la considero como la prostitución, promiscua y perniciosa, porqué distorsiona la pureza con la que se debe observar la fiesta. Pero la agradezco porque obliga a que aún existamos “reventadores” como quien les escribe; que según ellos “despotricamos” cuando son ellos quienes maltratan al toro y rentabilizan el “fiasco”.

Pero me preguntarán ¿cuál es ese fiasco?, ¿no que los toros habían mejorado en los últimos treinta años? Del número de festejos realizados anualmente, la mejora en el comportamiento del toro bravo permitió aumentar el “triunfo” medido en orejas, rabos e indultos. Sin embargo, lo que no incremento fue lo que unos cuantos les hacían a los toros en días especiales, eso que los ponía en la historia. Por que eso, solo los pocos y muy buenos son capaces.

Sin embargo, los "mercachifles que contratan y manejan el circo", han estado vendiendo durante años más corridas de toros, permitiendo que toreros más limitados física y/o artísticamente, puedan estar delante y alternen, sacando su “arte”. Para ello contaron la ayuda de plumas literarias y promotoras que siempre han rodeado al toro. Ello porque permitía "categoría" o “imagen” para la venta de entradas que no se ganaba en el ruedo, y de libros que no salían de los estantes, por la mala pluma en el papel.

El fiasco es la venta de entradas por parte de las empresas ofertando que los toreros serían capaces de hacerles a los toros las cosas. que solo eran posibles por algunos y en días especiales. Con eso no estoy diciendo que el toreo no sea un arte o que todo torero no sea un artista. Sino que ellos no son iguales, y no están todos los días en la misma condición y disposición para practicarlo. Además, que se siguen vendiendo las dos vertientes de toreros: los de valor y los toreros de arte. Cuando la regularidad y la novedad delante de la cara de los toros, siempre han sido lo descollante.

Durante los últimos años, los públicos se cansaron de pagar altos precios por esperar a toreros que debieron generar el cambio desde hace ya algún tiempo; y ello no ha ocurrido por esa política no escrita que se grafica perfectamente por “el beso y abrazo en los patios de cuadrillas”. Fueron los empresarios quienes promovieron el paso de "toreros competidores" a "toreros compañeros"; y por ello, tendrán más difícil vender, el chocolate espeso y rancio de los carteles del fiasco.

En este punto quiero hacer una comparación con la política. Si observamos lo que ha pasado con la llegada de la web desde hace 35 años, y más aún con la penetración exponencial de los últimos diez; se está consolidando cada día una “democracia digital” que obliga a una legitimidad más frecuente de los que participan en ella. Eso presiona a hacer cambios en la "otra" legitimidad que llamaré “analógica” y que se hace a través de las urnas de tiempo en tiempo.

En mi opinión algo parecido, solo que antes, se incentivará y ocurrirá en la fiesta de los toros. Porque “los Lozanos, Casas, Choperas, Matillas, Bailleres, Morenos y otros”, en resumen, los apoderados-empresarios que manejan el espectáculo, van a sentir en sus bolsillos y en los contratos de administración de las plazas, las nuevas y directas consecuencias de no hacer cambios en los carteles.

Ahora, analicemos algunas otras fuerzas complementarias. Primero la fotografía y luego la televisión, junto con los avances tecnológicos en ellos (angulares, zums, equipos y software de edición, junto a la cámara lenta) nos permiten hoy ver, detener, editar, repetir y perennizar; con una cercanía inimaginable, lo que antes solo se intuía y emocionaba desde el tendido. Tanto así, que muchos toreros "mitificados" por la promoción; no podrán sostener la imagen repetida de su "destoreo", el cual han hecho frente maquillándolo con la palabra. Cobarde conducta que últimamente se ha puesto muy de moda en las transmisiones de televisión, al querer justificar la propia incapacidad hablando de “defectos” del único que no habla en la fiesta. El toro.

Una segunda fuerza proviene de la interacción de esta revolución tecnológica con las fuentes de donde se puede beber el “toreo de siempre”.  Así el mayor número de bibliotecas y videotecas digitalizadas, junto a la facilidad para acceder a ellas, está permitiendo mejorar el refinamiento del nuevo aficionado. Incluso con ayuda de “influencers digitales”, entregan de su tiempo analizando y permitiendo una entrega más amplia y mejor de información que permite ver e identificar detalles de cada torero y de cada lidia.

Otra fuente menos sistematizada, pero no menos importante se dá a través del compartir en redes sociales entre aficionados (publicaciones de libros, recortes y videotecas personales). Ojo que con esto no estamos diciendo que desaparecerá el aficionado menos cultivado de asistencia ocasional; o el público que permite que se llenen los eventos o grandes acontecimientos. Si no que paulatinamente la media será más refinada en su entendimiento. Recordemos que el aficionado que asiste pagando por su entrada a los toros nunca es joven. Pero tampoco es aislado, sino social; y son las figuras del toreo las que atraen, a gente nueva a las plazas en los días especiales, haciendo que la proporción de aficionados se mantenga a pesar de la ley de la vida.

Pero la mayor de todas las fuerzas viene surgiendo dentro del “social media”, qué, así como ayuda a la venta, va a multiplicar el efecto contrario ante la ocurrencia de hechos que inhiban al consumidor. En esto los celulares, que ya destruyeron el mercado de cámaras de fotos y filmadoras, junto a los grupos de tertulia, la penetración del internet (ahora 5G) han significado una revolución en cuanto a medios para ver, comentar, desmenuzar y analizar corridas de toros[1].

Adicionalmente el asistente irregular, mal llamado “turista”, comparte y aprende a cultivarse de la fiesta en el mundo, con la ayuda de los grupos digitales, que le son determinantes por su menor costo y mayor flexibilidad para conectar a nuevos, y calificados aficionados que se encuentran desperdigados por todo el mundo[2]. Aquí quiero destacar por ejemplo, las páginas de la Asociación del Toro de Madrid, tanto en Facebook como en YouTube, a través de las cuales difunden faenas y tertulias taurinas.

Por ello considero que de las fuerzas de las que hablamos son suficientes para cambiar el comportamiento de la demanda, más ante hechos adversos e incluso pudiendo afectar negativamente a otras plazas (por las expectativas e incertidumbre) cuando un mismo organizador (apoderado-empresario) lleva más de una. La respuesta de todo consumidor racional se hace exigiendo lo que qué demanda; o asistiendo más selectivamente e incluso no asistiendo a la siguiente corrida. Porque por un lado consume un sustituto; y por otro, porque está convencido que la oferta es mala.

Adicionalmente a ello, cuanto menos abonados y mayor venta de entradas sueltas tenga una plaza, más expuesta estará a que la taquilla se vea afectada a riesgos en el corto plazo (durante los días de feria). Además, que con carteles repetitivos es imposible incrementar la venta de abonos. Lo ocurrido recientemente en Acho respecto de la última corrida del abono es prueba de ello, y Casa Toreros debe vivir como todos en el mundo, las consecuencias de sus actuaciones.

Entonces ¿Qué espero que hagan los dueños del circo con la primera fila[3] de los Millennials? Si, aquellos nacidos entre 1980 y el 2000 y que se les conoce como parte de la “Generación Y”; los encargados del recambio generacional, de sostener el peso de la fiesta llenando las plazas los próximos diez años. En esa lista aparecieron apellidos como; Roca Rey, Marín, Ruffo, Aguado, Ortega, Román, De Miranda, Tellez, Lorenzo, Garrido, López Simón, Adame, Leal, Colombo, Galdós, Toñete, entre otros.

Desde mi opinión “la primera fila” de los Millennials sigue siendo por ahora ocupada por uno solo. Con el matiz que muchos apoderados-empresarios siguen queriendo meter sus fichas en esa fila. Hoy es Andrés Roca Rey el único en esa primera fila de millennials, porque logra un tirón taquillero que puede ser medido en los “kilos" de Benítez. Dado que atrae aficionados de diferentes generaciones y de diferentes lugares; porque como torero, “pone en valor presente” a varias máximas figuras del toreo del pasado. Lo que, junto a su estrategia de mercadeo personal, refuerza y multiplica el impacto sobre el público no taurino, respecto de lo que hace delante de los toros[4].

Empero ¿qué otro torero podrá medirse en “kilos” durante el 2023? Desde mi perspectiva, aún no hay otro que sus kilos “pesen”, porque hablamos de aquellos que garanticen venta de entradas, tanto por lo que hacen dentro de la plaza como fuera de ella. Lo de "acartelar" con diferente palo, entre Aguado y Roca Rey, por ejemplo, significó sonoridad por abrir el primero la puerta del príncipe. Pero Andrés aplastó por la regularidad y taquilla propia. Después, es fácil identificar que Marín y Ruffo han concentrado las expectativas de los públicos. Pero si bien lo mismo podría ocurrir con ambos durante el 2023, es evidente que ambos tienen cuajo, ambición y poder para dar competencia.

Después de los tres mencionados vienen, no en este orden: Aguado, Ortega, Román, De Miranda, Tellez, Lorenzo, Garrido, López Simón, Adame, Leal, Colombo, Galdós y Toñete. De los cuales veo más hechos a Adame, Román, Lorenzo, De Miranda y Colombo (único que puede reemplazar al Fandi en ese mismo palo) como los que tienen las mejores posibilidades. El resto viene muy por detrás y podrían que algunos se retiren del toreo.

Además, no veo a ningún torero Millennials interesado en sacar a alguno de los gastados o muy vistos con 15 o 20 años de alternativa. Incluso se habla de regresos ¿Quién los sacara entonces? Pues su propio empleador. Porque tanto el torero gastado y el emergente, son empleados del empresario. Sin embargo, el emergente tiene la obligación de ser un perro en triunfar para su jefe. De ello depende para ser más taquillero y pasar a una real condición de auto-empleado dentro del toreo; porque sin oportunidades o con menos oportunidades, no se llega lejos. Por ello creo que será una renovación parcial, dado que solo algunos Millennials son capaces y no veo dispuestos a aceptar el reto.

Cuatro cosas para cerrar, como diría Chenel. No se si no lo han notado, pero tampoco veo a nombres de la casa Matilla envuelto en la venta de entradas en los próximos diez años. Pero si en la venta de los próximos dos máximo cinco años, más allá no. Eso me dice que durante el 2023 afilará la sierra, Pero hoy si se puede afirmar que existen “buenas” relaciones entre “Casas, Matilla, Pages, Lozano, Bailleres, Chopera y los otros”. Entonces ¿cómo se asegura qué se mantenga la paz? ¿Los públicos seguirán manteniendo una fiesta con poca carne y mucho hueso en los carteles? Algo sacarán de la chistera los empresario-apoderados que manejan el circo.

Finalmente, merece un párrafo la estrategia "de todos contra Roca Rey" amagada durante el picor de la primavera de la temporada que termina. Considero que fue costosa y no dio los resultados esperados para aquellos que la propusieron. Entonces ¿Cómo hacer para que Roca Rey baje las revoluciones y no termine quemando las otras apuestas?; ¿van a dejar que Roca Rey de una vuelta más de rosca (al empezar obtener puertas del príncipe, más puertas grandes e incluso rabos). Lo épico lo obtuvo en Bilbao este año, y ha demostrado en cada plaza donde se presenta, que les hace lo mismo a los toros sin discriminar públicos. Por ello aumentó el costo de su "kilo". Dicho esto, veremos cómo se resuelven las competencias entre toros y toreros durante en 2023. Que Dios reparta suerte a todos.



[1] Por un lado, los empresarios no pueden limitar los derechos a grabar, fotografiar y compartir lo que se observa desde asientos pagados en una plaza de toros. Pero solo se atreverán a poner condiciones para transmisiones en directo desde ciertas plazas, y los consumidores podrán aún hacer prevalecer libertades porque son del mismo tipo de libertades que se quieren usar para la defensa de la tauromaquia y las transmisiones por televisión.

[2] El día que la tecnología permita integrar la transmisión desde más de un celular y el movimiento automático para mantener enfoque, que se olviden de las transmisiones por cable.

[3] Primero como definir “la primera fila” ¿Siguiendo la justificación de D. Quijano? en su libro “La primera fila” (1913) donde hace un juicio crítico del toreo de Bombita, Machaquito, Pastor y el Gallo. Como dije soy irreverente y por ello me guiaré por lo que se resume en kilos, aquella mítica medida usada en el toreo con Benítez, y que no solo es fiel reflejo del tirón taquillero.

[4] Para que lo entiendan los invito a que lean mi artículo ¿El porqué del tirón taquillero de Andrés Roca Rey? https://projectd5.blogspot.com/2020/12/el-porque-del-tiron-taquillero-de.html



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