La estafa de juan: gestión pública núcleo del asunto


Estoy convencido que nosotros, los apristas de la generación X nacidos entre 1961 y 1979, de los cuales muchos son hijos de “baby boomers”, nacidos entre la segunda guerra y finales de los cincuenta, y que somos padres de “millennials”, tenemos que dar testimonio de lo que llamo: "la estafa de juan”. Me refiero a lo ocurrido en los años del Velascato, las acciones del Plan Inca y del sistema nacional de apoyo a la movilización social - SINAMOS.

Los digo porque nuestras raíces fundacionales apristas tienen un histórico compromiso con la vida, con los trabajadores, con las libertades civiles (individuales y de la familia), el respeto a valores tradicionales nacionales, y las creencias de todos (mayorías y minorías). Además, del máximo respeto por el uso de los dineros del pueblo porque los apristas insurgimos ante el entreguismo y despilfarro de esos dineros por parte de una casta (el civilismo) que hurtaba desde un estado “que se sentaba en todas las mesas para meter la mano a todos los bolsillos”[1].

La claridad del liderazgo de Víctor Raúl durante todos sus años de lucha, le permitió recibir la respuesta de lealtad en sangre de su pueblo. Ese pueblo le defendió por sus principios y sus luchas sociales, tanto en el Perú como en Latinoamérica. Es así que el broche de su trabajo se materializa, con esfuerzo de su salud, en la constitución de 1979; precisando allí los puntos que consideró indispensables para la lucha contra el centralismo, la inclusión, la desigualdad, el derecho de las personas a vivir con oportunidades y libres de toda violencia.

Esta es otra razón por la que los apristas debemos expresarnos cuando han aparecido voces como la de Antauro #Igor Humala con su racial-nacionalismo, queriendo traer a la vida una moda retro trasnochada, que sabemos cómo funciona, pero sobre todo, porque no funciona. Además, quiere banalizar la constitución de 1979 para usarla en sus propósitos de "un nuevo pacto social". En general los apristas nos rebelamos con quienes injustamente estafan al pueblo y lo alertamos, no solo nos solidaricemos con aquellos que injustamente son estafados. Por ello debemos ocuparnos de quienes reducen, desvían o banalizan el esfuerzo de Víctor Raúl usando para ello la tecnología, ademanes prepotentes y un falso patriotismo.


Hoy en este periodo de cambio, #Igor viene llamando "compatriotas" y ofertando nuevamente "la estafa de juan", y los apristas que estamos muy lejos de la "construcción de simetrías” tanto como de “racial-nacionalismos”; nos manifestamos, por ser ambas formas, una misma traición. Por ser maneras incompletas de lo que significa la verdadera revolución que es la “justicia social de pan con libertad”.

El estado aprista, concebido por Haya de la Torre por ser el verdaderamente nacional y antiimperialista. Fue considerado por él, cómo el instrumento indicado para llevar a delante el desarrollo del país, que incluía una parte definida como “guerra económica defensiva” contra el imperialismo, como así lo denominó. A lo cual es conveniente añadir que el propio Haya de la Torre indicó que el estado antiimperialista “propone en oposición, un sistema nuevo, distinto, propio, que tienda a proscribir el régimen opresor”[2]; y por ello se entiende lo escrito por Manuel “Cachorro” Seoane cuando escribe “es conveniente, entonces, que desde estas columnas afirme enfáticamente, desafiando a prueba en contrario, que Carlos Manuel Cox y yo ni estamos disociando ni hemos venido a complotar. El Partido Aprista del Perú no quiere obstruir ni destruir. Quiere construir, y el complot criollo no entra en nuestros métodos ni objetivos”[3].

El estado antiimperialista aprista “no es el estado “dios” que proteja de todos los males, ni “genio de la botella” que conceda todos los deseos cuando se les pida. El estado antiimperialista aprista es el austero y severo movilizador de las fuerzas morales de una democracia funcional económica, que, a lo largo y ancho de todo su territorio, permite crear la riqueza que alimenta el espíritu y el cuerpo de los pueblos en ella[4].

Con esa democracia funcional, incluído sus matices por el regionalismo económico, se hace frente a toda la realidad nacional porque se adapta la gestión a la geografía del Perú. Geografia de un país fracturado, pero no desintegrado. Por ello, Haya en el prologo del libro de la brigada técnica, destaca la herramienta central para el adecuado funcionamiento del estado antiimperialista. Indicando que es con una gestión presupuestaria científica, hecha con la participación de cada "ciudadano trabajador" que aporta a la tecnificación y desde el ámbito desde donde se desempeña, la forma de concretarla. Por qué en esa herramienta se reflejan todas las verdaderas acciones y conductas del estado antiimperialista.

Victor Raúl en toda oportunidad se mostro escrupuloso y coherente respecto del manejo de los recursos del estado. Esa fue la clave de su autoridad y la uso para darle mayor fuerza moral a su voz. Por ello no solo fue el apoyó a lo desarrollado por la brigada apristas dirigida por Manuel Seoane, que resumieron en un libro de 230 páginas la hacienda pública civilista y de donde puedo citar: “Ningún ministerio evidencia mejor que el de Hacienda, la desorganización, empirismo, rutina y coimeria típicas del civilismo clásico. Desde su mismo nombre —Hacienda— que refleja la despectiva nomenclatura feudal, hasta su organización y funciones, todo es un testimonio acusatorio de la política [fiscal] entreguista que realizan los actuales gobernantes del Perú[5]

Esa "hacienda" que estaba vigente con Velasco, cuyos rezagos escondidos se mantienen hasta hoy como viceministerio, fue el sustento de la falsa rebelión. Una “revolución por decreto” repetida al estilo de mercantiles dictaduras, que unida a la manipulación del pueblo vía SINAMOS, quiso levantar banderas que lo hicieran parecer defensor de pobres y desvalidos; y lo más importante, que esos sectores se lo creyeran. Sin embargo, los que vivimos esa época conocemos la “estafa de juan”. La hemos escuchado, visto, olido, tocado, degustado e incluso digerido. De allí que sabemos que no cambio nada, que incluso las cosas empeoraron y por ello, debemos dar nuestra batalla.


El crecimiento de la empresa estatal en Perú se da durante el Velascato y el 1ero de marzo de 1969 el ministro de hacienda y comercio del Velascato Francisco Morales Bermúdez, se hizo cómplice de la “estafa de juan”, dado que sin él no se hubiera podido ejecutar el Plan Inca. Adicionalmente, los apristas cuando analicemos el periodo tenemos que mostrar máximo escrúpulo porqué traidores fueron a trabajar a SINAMOS; y porque años después cinco de nuestros ministros ,durante el 1er gobierno aprista, tuvieron la oportunidad de proponer soluciones concretas, concordantes con nuestra doctrina y con lo expresado por el c. Alan García “Nos propusimos y nos proponemos, moralizar la sociedad limitando el apetito por el Estado como un botín, y la vida social como egoísmo”[6].

Dicho esto me embarco en la aventura indicando que la esencia teórica de la estafa es que: a través de la captura del excedente económico mediante: mayor tributación, nacionalización o expropiación del capital, preferentemente extranjero; se va a lograr la industrialización y el ansiado desarrollo; por destinarse esos recursos, a la inversión en sectores de mayor y mejor empleo. Ese concepto, funcionó muy bonito para sustentar numerosas tesis en los sesenta, pero en la práctica en la mayoría de los casos, solo produjo empresas estatales y públicas con poca efectividad y casi ninguna eficiencia. Donde los complejos industriales militares de países desarrollados y la provisión de salud de la seguridad social son los mejores ejemplos.

Pero de allí a pasar a la distorsión, que el estado tenga empresas en casi todos los sectores y sea determinante en muchos de ellos. No solo es inconsistente sino irracional; por lo tanto, parte de la locura de la estafa. En el caso de Perú significó además que se creara una "oligarquía burocrática” que como nuevo pulpo paso a tener presencia en la: minería, petróleo, bancos, pesqueras, navieras, de aviación, prensa, vivienda, comercio (internacional, nacional al por mayor y minorista), transportes, industria, comunicaciones, turismo, incluso en el de entretenimiento, como los cines.

Muchas cosas se dicen hoy acerca de las empresas estatales, entre ellas, que son estratégicas; que son necesarias, que sirven para solucionar distorsiones del mercado. Lo real es que nadie ha podido probar o sustentar que esto es así; e incluso, qué podrían serlo más allá de los complejos industrial-militar. Además, la condición estratégica de una empresa se determina por las propias capacidades y cualidades de la empresa, y no vienen dadas por el sector donde participa.

Desde la perspectiva de la teoría económica, el debate de más o menos estado que iniciaron entre Keynes y Hayek, el primero desde Cambridge y el segundo desde la London School of Economics and Political Science (LSE); y que obviamente es conocido por Haya no solo luego de su paso por Inglaterra[7], donde, entre los años 1926 y 1927, estudió Economía en la LSE y luego Antropología en la Universidad de Oxford de la que años después sería profesor (en 1964)". La discusión teórica no está zanjada, y los estados resuelven como pueden. Sin embargo, respecto de esa discusión teórica relacionada a países del primer mundo, los apristas estamos convencidos que no es ni Keynes ni Hayek. En Indoamérica es Haya.

Es conocido que el límite del capitalismo de estado es la restricción presupuestal y credibilidad de la moneda, porque no existe pueblo que soporte el despilfarro estatal y perdida en su patrimonio. Asimismo, mantener empresas que operan ineficientemente no tiene sustento desde la evaluación económica y social de proyectos y siempre fue una critica aprista hecha a la gestión civilista del estado. Por ello que la situación en Perú llegara al año 1982 a que “el capital de aporte que costó al gobierno US$ 6,031.2 millones (50 por ciento de la deuda externa) por las empresas públicas durante el periodo 1973-1982 tuvieron una ganancia de 68.6 millones”[8]


El cuadro que presento fue extraído del libro de Cesar Awapara, y para el, sustenta la exagerada frase que decía: “todas las empresas públicas deben ser vendidas, las que no quieran ser compradas deben ser regaladas; y las que nadie quiera aceptar, ni a manera de obsequio, deben ser disueltas”. Las razones de su afirmación están en la comparación de la mala performance que tuvimos los peruanos en organizar y operar nuestras empresas publicas. Desde mi perspectiva añadiré que es la incapacidad del centralismo burocrático limeño en gestionar el estado, en gestionar la política monetaria y en organizar empresas públicas solventes y sostenibles.


Es entendible que profesionales acostumbrados a trabajar para un sector (privado) no sean capaces de construir y gestionar empresas para el otro. Sin embargo, en esa época desde la izquierda se le dió a la empresa estatal la condición de todo poderosa. Además, los peruanos aun no terminamos de tener claro los conceptos que funcionan dentro de la empresa pública; y cuidado, porque con la cantidad de maestrías y programas de postgraduado en gestión pública se viene dando un aurea de "expertos en gobierno y políticas públicas" a muchos con carton que no tienen esa capacidad. Viene a ser lo mismo que se vivió hace algunos años entre los economistas de modelo matemático o econométrico, que al aderezar "con verosimilitud o error cuadrático medio sus estimaciones" recibían aureola de santidad y perfección, pero no tenían la menor idea de cómo incorporar legitimidad a sus medidas y por tanto tener el tiempo para hacer realidad sus predicciones.

Por otro lado, Haya de la Torre que incluso indicó que el programa de gobierno Velasquista estaba inspirado en el programa de 1931. "¡No, nos equivoquemos,...ni nos engañemos a nosotros mismos! ¡No aceptemos como veredictos inapelables aquellas afirmaciones falaces de que, la "revolución peruana" que ahora se trata de llevar adelante, no tiene precedentes ni imita a nadie! ¡Eso no es verdad!... Lo que queremos es -repetimos- que el programa se cumpla con la participación del pueblo, que es el protagonista infaltable, indeficiente de todo intento de transformación"[9], y por lo tanto, garantía de saludable y verdadera construcción.

Manuel Seoane Corrales por su lado, durante sus años en prensa, siempre puso énfasis en desnudar a aquellos que gustaban llamarse “comunistas” y hacían eso porque vestía con aureola de originalidad a "vulgares de la sin razón". Daba contorno a “bravos de café” y “enamorados de utopías" permitiéndoles justificar apropiarse de excedentes generados dentro del país. Lo que me queda claro es que #Igor en sus entrevistas por las redes sociales demuestra ser un delincuente "vulgar de la sinrazón" que lleno eufemismos los dispara de manera desarticulada sin tener cuadros pensantes que apuesten por sus ideas.

Por mi parte como aprista no creo en la empresa pública del Velascato y menos en la planificación centralista desarrollada por ellos. Esa que se concretó en el plan Inca, el cual es una mala copia de las oligárquicas empresas estatales rusa. Formadas hoy por tecnócratas dominantes y empresarios oportunistas que se hicieron con la propiedad de ellas a precio de huevo dado que no podían sostener la insolvencia estatal (durante Gorvachov bulle esa oligarquía).


Menos creo en convocar a pueblos altoandinos, llamándoles la derecha quechua y el izquierdismo aimara, para conformar un frente patriótico de trabajadores, agricultores, universitarios, obreros y reservistas, haciendo pagar más relativamente al peruano que menos tiene por la mayor deuda que este modelo genera. Vean ustedes como evoluciono la deuda por habitante durante el periodo. Esa es una muestra clara de la vulgaridad de la sinrazón que caracteriza a #Igor, no solo por la mala conformación de su frente; sino por las raíces de la lealtad dentro de el. Recordemos Velasco no fue traicionado, fue un traidor desde el inicio que conocía la realidad del Plan Inca por dentro. Incluso Velasco no fue ni siquiera un verdadero patriota.

Uno no llega al gobierno para aprender ni para cometer errores que otros pagarán. Por ello el gran desafío de los peruanos de hoy, no solo es aumentar la presión tributaria sin que se encienda la pradera o huya la inversión (con el propósito de financiar mejoras en la educación, salud, vivienda, pensiones y seguridad) Sino que se requiere transformar al estado de la situación en que esta, dejando lo enunciativo diciendo que la gestión a mejorado porque se aumentando LA TRANSPARENCIA FISCAL o mejorando la CALIDAD DEL GASTO. El pueblo quiere legitimidad fiscal expresado en obras, en resultados concretos, en la mejora la calidad de vida de los suyos. No quiere saber si esta cuarto, vigesimonoveno, o ciento veinticincoavo de acuerdo a un índice de desarrollo humano elaborado por técnicos para mostrar habilidades pero sin hacer goles.


La burocracia creció desde el Velascato y como dije se requiere una total transformación del estado porque el pueblo en su sencillez percibe y decide, en función de hechos no de indicadores. Responde con apoyo, resistencia pasiva, afirmación o rechazo dependiendo de la credibilidad de aquellos que proponen la política. El aprismo como el verdadero nacionalismo defiende de manera integral el capital humano del país. No por razas o sangres que lo conforman, fue y será ANTICIVILISTA porque quiere CAMBIAR EL ENTREGUISMO, LA INDIFERENCIA, EL DESPILFARRO, EL ARRIBISMO, EL CENTRALISMO Y LA CORRUPCIÓN que cundían y siguen aún en el estado.

Con el trabajo de una disciplinada generación de fundadores el partido aprista resucitó a las fuerzas morales de todo un país. Sin embargo hoy #Igor quiere hacerlo hablando sin dar muestras de compromiso o dando piezas de caza como prueba. El fusilamiento de "presidenlincuentes" es eso "circo" como en la época de los romanos. Por nuestra parte los apristas tenemos que tener claro el mensaje y nos empezaran a creer cuando demostremos la capacidad de transformar de lo que tenemos, lo nuestro, es decir con verdadera revolución que significa la Renovación, Reorganización y Reactivación del Partido Aprista Peruano.

No olvidemos lo que Seoane nos decía: "el civilismo no existía como partido orgánico. Jamás lo constituyó, en el sentido programático. Fue un cacicazgo de apellidos coloniales. Más que un registro de adherentes constituyó y constituye un estado de conciencia. Civilismo equivale en el Perú a compadrería política, a soberbia infatuada, a egoísmo señorial. En términos político-económicos, a tendencia conservadora y egoísta de la aristocracia del algodón y del azúcar, combinada con las grandes empresas extranjeras" Eso combatimos y esta presente hoy dentro de la Izquierda Incompetente de la cual no formamos parte.


Pero volvamos a la estafa de juan, del militarismo Velasquista. Independientemente de los periodos que se vivieron dentro, como en su fase inicial entre octubre 1968 y Julio 1971, que podemos decir se caracterizó por ser un periodo de definiciones y consolidación de la hegemonía de los miembros más radicales. La siguiente, la de ser de desarrollo contradictorio del modelo reformista (entre agosto 1971 y abril 1973). Para concluir con el de crisis entre mayo 1973 y agosto 1975 como final de la hegemonía radical reformista y su derrocamiento. Se puede decir que el Velascato fue un proceso impuesto que tenía todo lo necesario para abortar porque no surgió desde la conciencia del pueblo, descapitalizo de manera consistente al estado y la economía, y desnaturalizo la esencia en su relación con el pueblo.

El militarismo Velasquista acogió todo lo que el Perú repudiaba del civilismo. Los viejos políticos fueron reemplazados por barrigones generales cargados galones con los mismos pecados que llevaron al país al fracaso durante la época de Leguía. Se volvió a vivir la aguda época de pobreza, bajo el peso de empréstitos onerosos y de pesadas cargas fiscales que se concretaba en deficit presupuestales anuales que solo hacían deteriorar la moneda.


Duro poco la situación de aparente bonanza tanto que ni siquiera lo mejor del Velascato tiene la imagen de militarismo exitoso de Odría. La situación de debilitamiento del organismo económico que significaba una anemia era evidente, pero esa ya no podia resolverse con más alimentación proveniente de gasto, sino que requería la verdadera alimentación proveniente de la inversión. Que nunca llego. El velasquismo militarista consideraba que frente a los menores ingresos fiscales urgía crear nuevas fuentes. Indicando que esas fuentes existían y que mientras el país registraba sus bolsillos para pagar a los norteamericanos, por ejemplo, estos mismos norteamericanos llenaban los suyos con las grandes utilidades del cobre y el petróleo.

Durante el civilismo el partido aprista propuso que debía "cambiarse el régimen impositivo. Que debía exigirse a las empresas extranjeras y a la aristocracia terrateniente que contribuyan en mejor forma a la vitalización peruana. Pero esto no ocurrió, mientras los cobradores fiscales recargan de impuestos a las pequeñas actividades comerciales de la nación, el algodón, el azúcar, el cobre, el petróleo, las grandes rentas, no son molestados por la recaudación oficial. La situación fiscal como vemos durante el Velascato era evidente que requería incrementar los ingresos fiscales.

Por otro lado, según Robert Klitgaard, "la planificación para el desarrollo del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada asumía cuatro hipótesis centrales a toda su estrategia. Estas eran:

1. la compatibilidad entre los cambios estructurales que exigía la revolución y un rápido crecimiento económico;

2. ese rápido crecimiento implicaba la masiva participación del Estado en la economía;

3. una estrategia de crecimiento desequilibrado, apoyando más a unos sectores que a otros, tendría efectos positivos gracias a los encadenamientos económicos logrados desde sectores con ventajas comparativas, como la minería;

4. y la última hipótesis consistiría en prever una vuelta de las inversiones extranjeras al Perú tras un primer momento de ruptura y establecimiento de las nuevas reglas de juego económico".

El propio Velasco, que sabia en el fondo la verdad, delató su traición. cuando justificó la necesidad de capitales extranjeros en sectores estratégicos de la economía. Así en un discurso en Moquegua declaró que: “la gran riqueza minera servirá para financiar el costo de las grandes reformas sociales de la revolución y afianzar la independencia económica de nuestra patria, razón por la cual, [seguía el argumento], habian aceptado realistamente la participación de capital extranjero en la minería. Pero esto se ha hecho sobre la base de un completo respeto por los intereses del Perú y de acuerdo a los dictados de la inmodificable posición nacionalista del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada”[10].

A diferencia del documento elaborado por la brigada aprista que repasa el presupuesto civilista y que es una detallada acusación aprista a los presupuestos anuales. Las palabras y la imagen de #Igor parecen las de un muñeco de ventrílocuo que ha construido una narrativa revulsiva que demuestra no se basa en el conocimiento concreto de la técnica hacendaria y la economía. Como si poseyeron los participantes de la brigada aprista, demostrando que tenían las capacidades para conducir el país.  Pero ¿con quien se muestra #Igor?. Dime con quien andas y te dire lo que puedes hacer.

Además Haya de la Torre tuvo la visión de reconocer en el regionalismo, el problema de las intensidades del país, y la existencia de dos regionalismos contrapuestos, antagónicos. El "regionalismo de los explotadores" que como perversión debe ser rechazado por los apristas, porque tiene reminiscencias feudales e implica el sometimiento de una región a otra, de un valle a otro, de una parte de la cuenca a otra. Es localista, y por tanto viene revestido de patrioterismo enardecido. A diferencia de ello, Haya destaca en el "regionalismo de los explotados" el regionalismo verdaderamente revolucionario y constructivo; porque es propugnado por la natural conciencia de todos aquellos que se ven afectados por la explotación y les mantiene unidos en su lucha por la justicia social de pan con libertad.

Por extensión, y porque me quiero apoyar en que todos tenemos miembros en nuestras familias a los cuales podemos recurrir por detalles, no voy a referirme a la actividad en la cual el Velascato desplego la mayor cantidad de medidas que lo distinguieron en la gestión de sus empresas estatales. Los medios de comunicación. Solo diré al respecto, que significó la apropiación y ocultamiento de la verdad para difundir "sus" mentiras. En esas empresas explotaron, maltrataron, sobornaron, desterraron y practicaron censura personal a trabajadores con la intención consciente de realizar sus propósitos. Hecho que se condice con la posición aprista sobre la clase trabajadora (uno de los tres temas centrales del estado antiimperialista), Por ello, las acusaciones de #Igor respecto de la "prensa mermelera", que desde líneas editoriales como hasta a nivel individual "manipula" para no decir la verdad a lectores o televidentes; es un sal de aquí para ponerme yo. La idea de la antigua censura, esa del "lápiz negro" tachando que vimos en películas, no es el que propone el "racial nacionalismo".

Este resumen estoy ofreciendo mi perspectiva escribiendo desde medios digitales, porque se esta construyendo una categoría, de "matizadores" que engañan, perjudican y amargan, la fuerza del mensaje proveniente del buen emoliente o café que todas las mañanas toma el pueblo camino al trabajo. Dentro de ello no puedo decir que Haya de la Torre fuera enemigo de todas las reformas del Velascato, lo que si fue un enemigo de la manipulación que significaron esas propuestas respecto de las fundacionales apristas. Asimismo, que como verdadero revolucionario no podia permitirse que se repitan en el estado, las mismas conductas del estado que quiere cambiar. En síntesis lo que digo que el estado antiimperialista aprista no es el que esta desarrollado en el Plan Inca, ni en esencia ni espíritu.

Finalmente me despido indicando que en próxima oportunidad espero poder traerles algunos conceptos de la revisión que vengo haciendo de expresiones del compañero y economista Cesar Vásquez Bazán en cuanto a que primero: “Globalización es la manifestación por excelencia de la aceleración de la integración capitalista”, segundo que: “La aceleración es la expresión contemporánea de la penetración imperialista llevada a cabo a escala mundial” y tercero que: “La globalización ha sido promovída por las políticas implantadas por el neoliberalismo, en especial las políticas de desregulación estatal”. Ya les contaré como voy avanzando al respecto.

 



 



[1] Autopsia del Presupuesto Civilista. Como derrocha una casta los dineros del pueblo Manuel Seoane (1936) Pag 17

[2] Antiimperialismo y el APRA Haya de la Torre Pag 168 Volumen 4 de las obras completas publicadas en 1984.

[3] Cita extraída de Articulo de Manuel Seoane Corrales, publicado en el diario Crítica, el 13 de diciembre de 1930.

[5] Autopsia del Presupuesto Civilista. Como derrocha una casta los dineros del pueblo Manuel Seoane 1936, p. 108

[6] Alan García Pérez (1,986) Discurso ante el congreso 28 de Julio a un año de haber asumido su presidencia.

[7] Haya aplicó y fue admitido a la London School of Economics and Political Science (LSE) estudiando economía, a la edad de treinta años, dentro de la crema y nata del liberalismo económico. De acuerdo con los registros generales de la LSE su profesor de ciencias económicas fue Edwin Cannan y el director de la LSE Sir William Henry Beveridge primer barón de Beveridge economista y político liberal que desarrollo su carrera sobre la base de la investigación realizada sobre el seguro de desempleo. Frederick Hayek enseño en la LSE entre 1931 y 1950 año en que pasa a enseñar en la Universidad de Chicago.

[8] El Perú de Cesar Awapara (1991) Fondo Editorial de la PUCP Pag 79

[9] Citado en "Víctor Raúl Haya de la Torre, El APRA y el Gobierno Velasquistas Vásquez, Nelson (2008) análisis de diversos discursos por el día de la fraternidad entre los años 1971-1974 publicados en las obras completas.

[10] Robert Klitgaard, Juan Velasco Alvarado, La revolución…, pág. 158-161. Cita extraída del libro La revolución peruana: Ideología y práctica política de un gobierno militar. Juan Martínez Sánchez (2002) Pag 221

Comentarios

Entradas populares de este blog

Economía: Dejemos los cuentos en Agosto.

¿Cuales son las reglas fiscales del estado aprista?