Los Precios Justos Apristas

 

Estas líneas plantean la esencia de una gran diferencia

Los “precios justos” apristas, no son los de la izquierda incompetente. Menos, los de la izquierda violentista, que determinados por la necesidad se formalizan por decreto. Tampoco son los de socialdemocracias representativas y redistributivas, que utilizan los dineros del pueblo, para cubrir su costo.

No lo son, porque los precios primeros generan escaseces y carencias; y los segundos, no se sostienen en situaciones de crisis. Los precios justos apristas, no solo están basados en el trabajo y no necesitan de decreto; porque los acuerda una democracia económica funcional, conformado dentro de un estado antiimperialista, verdaderamente interesado en el fomento regional.

Para el logro de estos precios justos. Los estados deben ser capaces de ayudar a sus organizaciones, incluidas empresas, en la lucha por la competitividad dentro de todo su territorio. No solo en el ombligo de una república centralista. La mejora de la competitividad, es la clave que asegura que no se fracture el estado nación; y significa la verdadera "nacionalización" de todo aquello creado de valor en el país. En vista que permite la máxima generación de excedentes a ser reinvertidos, en más y mejores puestos de trabajo.

Anteriormente se concebía la lucha por la competitividad priorizando el proteccionismo comercial con altas tasas de aranceles. Cuando en realidad siempre es: la educación, la creatividad; junto con la colaboración entre los hombres, lo que determina la competitividad. Eso lo vemos muy claramente hoy en la revolución tecnológica que vivimos. Por otro lado, liberales de siempre y neoliberales de hoy, usando sofisma como artimaña, dicen que los precios no pueden ser justos o injustos porque solo representan una relación de cambio. Cuando la condición de justicia, solo se puede relacionar con la conducta humana.

De esa manera pretenden esconder la existencia de las posiciones de dominio en la formación de los precios en el mercado. Ello significa la existencia de desbalances en el mercado que pueden ocurrir, tanto para productores como en consumidores; aunque más fácilmente se organizan condiciones de dominio en la economía capitalista, en la producción que en el consumo. Pero esa parte del análisis microeconómico la podremos profundizar en otro momento.

Regresando al concepto aprista de la intervención del estado en la economía, hay que reconocer que toda la literatura doctrinaria aprista se diferencia de lo realizado durante los dos gobiernos vividos. Ello porque en lo actuado han habido, tanto errores propios como errores heredados (del Velazcato) dentro del primer gobierno; y por la alianza entre el FMI y el neoliberalismo fujimorista en el segundo. Recordemos que la intervención del estado aprista reconocido como antiimperialista por Haya De la Torre se hace respetando la esencia natural doctrinaria aprista, que no es la justicia societaria comunista, que no incluye ni pan ni libertad.

Mientras tanto, la izquierda incompetente instaló inmensas falacias en el pueblo. Una de ellas, que los "precios justos" siempre están vigentes al día siguiente de su publicación. La otra, que son forma de protección y redistribución del estado a favor del pueblo. La historia económica demuestra, que ni uno ni lo otro, es cierto. Porque un papel no protege ni redistribuye nada. Menos cuando los “precios justos” se determinan por la necesidad y no por el trabajo, o se financian con los mismos dineros del pueblo.

Por ello, el aprismo es consciente que solo entregando más y mejor educación, salud y seguridad; junto con poner a disposición mayor infraestructura y generando fraternidad en el propósito entre los pueblos, se podrá contribuir en la lucha por mejorar la competitividad. Dado que los apristas no aspiramos solo a la sostenibilidad, ni a la estabilidad fiscal; y menos, restringirnos a la lucha contra la corrupción dentro del presupuesto publico. Los apristas, como verdaderos revolucionarios, tenemos el objetivo de redimir yugo que impone una casta sobre pueblo postergado y por ello suscribimos la legitimidad fiscal como centro.

Esto significa erradicar malos hábitos, producto de conductas humanas, de la gestión del estado. En ello los compañeros de la Brigada Técnica y Estadistica desde 1936, producto del trabajo realizado para publicar la Autopsia del Presupuesto Civilista, identificaron a la inepcia (terquedad), el despilfarro, el entreguismo, el compadrazgo y la indiferencia, como el yugo a remover sobre el pueblo, dentro del presupuesto público.

Preciso esto, porque toda grafica que muestre la evolución del deficit y endeudamiento de estado peruano, esconde los malos hábitos que mantiene. Que como buen "alcohólico funcional", aparenta que es "bueno" pero sigue con su mal hábito. El estado aprista, verdadero gestor del del fomento de la peruanidad tiene como guía, que con la formación de precios que no solo produzca una reducción del deficit (por ende control de deuda); sino añade: a) generación de ingresos fiscales y ahorros, b) consistencia estructural y modernización constante de la inversión del estado, y c) tratamiento por igual en el esfuerzo entre peruanos y el capital. Con lo cual completa lo que se considera una férrea disciplina presupuestal.

Termino estas líneas indicando que el estado antiimperialista que propugna el aprismo, no es el estado “dios” que proteja de todos los males, ni “genio de la botella” que conceda todos los deseos cuando se le pida. El estado antiimperialista aprista "es el austero y severo movilizador de las fuerzas morales de una democracia funcional económica", que a lo largo y ancho de todo su territorio, permite crear la riqueza que alimenta el espíritu y el cuerpo de los pueblos en ella.


P.D.

Estas líneas van dedicadas a Francisco Galarreta Guzmán quien compró y guardo el cuaderno rojo de acartonada portada y contraportada que lleva en la delantera un recuadro que dice: A.P.R.A el cuál fue comprado en la librería "Herrera Méndez". El compañero Galarreta paso lista de asistencia el 20 de Septiembre de 1930 de acuerdo a como muy bien informa en su página web los compañeros de "Vanguardia Aprista"[1]

Para aquellos que lo quieran identificar lo podrán encontrar en la foto que acompaña esta entrada (el primero de pie de izquierda a derecha): Francisco Galarreta Guzmán, Alcides Spelucín, N/I, Belisario Spelucín, y mi abuelo y compañero Enrique Benites Loayza. Sentados de izquierda a derecha: Luis Eduardo Enriquez, junto a otros que aún no he logrado identificar.

[1] http://www.vanguardiaaprista.com/1209fundaciondelpap.html



Comentarios

Entradas populares de este blog

Principios de Economía Política aplicada al Perú - I

Serie Palabras de Seoane: Aprismo significa renovación

Las familias apristas