Principios de Economía Política aplicada al Perú - II
Continuo la transcripción de dos apartados más del libro de Luis Alberto Sánchez, agradeciendo la lectoría del apartado primero, porque en muy corto tiempo han puesto esa entrada entre varias de sus preferidas que ya tienen mayor tiempo publicadas, en el “blog de mis pasiones”. Espero que este acercamiento les permita seguir revisando el lugar donde mezclo letras y visiones, tratando de mostrar esencias para que podamos dialogar.
Esta vez, continuo entre las páginas 83 y 100 del libro Principios de Economía Política aplicada al Perú, escrito por Luis Alberto Sánchez y publicado en 1934. No olvidemos que el espíritu de Luis Alberto estaba en sus treinta y cuatro años, cuando publicó lo que son sus notas acumuladas respecto de economía y política.
Considero que la selección de páginas transcritas es suficiente porque: 1) permite formar opinión incluso sobre lo que algunos llamaron el momento marxista de Luis Alberto[1], dado que hace explicaciones claras de conceptos, dentro y fuera del marxismo. Sin embargo, considero en lo personal, que ese momento no existe. Por ser Luis Alberto consistentemente aprista, incluso cuando escrupulosamente cita a Haya de la Torre en las nociones del imperialismo. Al ser el único que en esos años había recogido del inglés y publicado en castellano, lo expresado por Barnes.
Por otro lado, 2) la lectura denotará, no solo el metódico brío con el que Sánchez escribió; sino como, enriquece y lleva al lector, con prontos y frecuentes viajes imaginarios, al citar precisos hechos y apoyarse en listado de intelectuales y políticos de la historia; y 3) la acumulación de notas que es el libro, transcritas en esta entrada, es prueba de su entrega al trabajo intelectual del cual hizo su vida.
No quiero dejar de mencionar, que, como Blogger en economía, considero la selección de notas, como precisas para el propósito de mejor explicar conceptos, que de por si considero difíciles. En lo personal siempre encuentro fascinante lo particular de la escritura de Luis Alberto. Más porque en economía, lo justo ayuda a disfrutar al hacer sencillo lo complejo. Estoy seguro de que, por ello, Haya lo mantiene entre sus más cercanos. Su entrega, sin desmayo al oficio de escribir, lo colocó desde joven, en esas posiciones preferidas. Como así lo hizo desde el colegio SS. CC. Recoleta.
No olvidemos que Luis Alberto destacó entre los compañeros fundadores, donde todos publicaron. Porque la escritura siempre ha resultado una vía rápida de acercamiento, y, por lo tanto, vía inevitable en el camino de la “consagración” de aquellos que aspiran a destacarse en el hacer. Por otro lado, la abundancia de citas y la apropiada selección de ellas, es muestra también, de su prodigiosa memoria, la que le permitió ver aquello que sus ojos nublaban, dado que le acompaño toda su vida. Como se le reconoce hasta después de su muerte.
En las páginas transcritas reconozco, además, que Luis Alberto evita excesos de “intelectualización”, en temas donde es difícil no caer tentado de hacerlo. Percibiendo que es su lealtad con el lector de quinto secundaria, lo que le mantuvo protegido, de algo que indican sus críticos, después padecería. Lo menciono no por reconocimiento a los opinantes, o por pensar que, si realmente padeciera de aquello; sino porque, de no hacerlo estaría incompleta la reseña.
Finalmente, acompaño la publicación de la transcripción, con una carta entre Luis Alberto y Manolo. Porque su lectura abunda para entender la firme militancia de Luis Alberto en el APRA, poniendo a Haya por Encima de Todos, a pesar de que con Seoane le unió una cariñosa amistad sazonada por intereses deportivos, literarios, y de reformismo universitario, comunes; y, porque, como muy bien dijo de propia boca “su pensamiento esta consustanciado con el del Apra”. Por ello la reseña de este libro tendrá una tercera y final entrega.
El Comercio
Importancia económica del comercio
A
de que el comercio se remonta a la más remota antigüedad, como se ve en los
casos de Tirón y Sidón, Fenicia, y el de Cartago, en lucha con Roma, en verdadero
volumen sólo se desenvuelve después de que ocurra dos fenómenos:
1.- fortalecimiento de la industria manufacturera, a punto de bastarse cada país a sí mismo, y 2.- competencia internacional por adueñarse de los mercados a fin de colocar esta superabundancia de manufacturas.
Esta situación produjo la aparición de la política proteccionista tanto en Inglaterra con la ya citada acta de navegación (1651) como en Francia bajo el ministerio de Colbert, en tiempos de Luis XIV. Colbert sistematizo la tendencia a alzar los impuestos sobre los productos extranjeros importados; a bajar los impuestos a los productos nacionales exportables, y a favorecer mediante primas, la exportación.
La revolución francesa inaugura, como hemos visto, la libertad de comercio, y, como consecuencia, la bancarrota del proteccionismo. Se fortalece el libre cambio. Por otra parte, ocurre este otro fenómeno: la política que da predominio al comercio se llama mercantilista. La aparición sistematizada de la Economía da vida a la escuela Fisiocrática. Ocupa entonces el principal papel la Naturaleza; el comercio pasa a segundo término como fuente de riquezas.
En Inglaterra subsisten, hasta 1846 algunas severas leyes proteccionistas sin embargo de todo. Una de ellas, la del trigo (Corn Law). Cowden, en 1836 y sir Robert Peel, en 1846 lograron su derogatoria, pues era absurdo, que por favorecer a los grandes señores (lores) que producen el trigo, se mantuviera este a altísimo precio, costando más el trigo nacional que el importado, pero con la obligación de consumir el primero. Algo semejante a lo ocurrido en nuestros días, especialmente después 1922 y 1929, con el azúcar cubano que, sometido a una sobre tasa absurda de 9 centavos oro por libra de peso, paralizo su ingreso a los Estados Unido, mientras el azúcar filipino, más caro, era consumido por el pueblo norteamericano, pagador así de un alza ficticia.
Las operaciones mercantiles
Las operaciones de cambio se realizaban, antes y aun ahora, en las llamadas ferias. Ahí concurren los que desean intercambiar mercancías, y los que actúan como intermediario reciben el nombre de “corredores”. Posteriormente, se cotizaban ahí valores mobiliarios, y las ferias que son intermitentes, se comenzaron a celebrar con periodicidad, cotidianamente, en las bolsas de comercio y de cambio. Desde fines del siglo XVIII, a raíz del fracaso de Law, se separaron las bolsas de comercio de las bolsas de cambio o de valores. Y, por consiguiente, los corredores de comercio se distinguen de los agentes comisionistas de bolsas. En las bolsas se cotizan los valores de todo el mundo, en medio del frenesí de la oferta y la demanda. Se compra trigo para pagarlo después, o se vende trigo para entregarlo por ejemplo dentro de un mes, al cambio de hoy, pues se presume que, dentro de un mes, habrá usura en la diferencia de cambio, etc. En la bolsa se revela en toda su agudeza el fenómeno capitalista. El crac de la bolsa de Nueva York trajo por tierra el sistema financiero de la América Latina y conmovió el mundo entero.
La oferta y la demanda
Esta ley es de un simplismo adorable, y, por simple, totalmente falsa. Aquello que “a mayor demanda mayor precio, y a menor demanda o mayor oferta menor precio”, expresado en la formula “el valor de cambio varia en razón directa de la demanda y en inversa de la oferta”, es falso. Los fenómenos de las crisis, de la superproducción, de la anarquía de la producción, en suma, todo el mecanismo del sistema capitalista ha deshecho tal axioma precapitalista.
Las razones son muchas para desacreditar la teoría. La economía clásica considera tales razones así: 1) si disminuye un producto en proporción de ½, su precio puede subir al doble o al cuádruple, indistintamente; 2) no es que la mayor demanda haga bajar el precio, sino que la baja del precio (efecto del maquinismo) hace subir la demanda, y ese es uno de los efectos claros y concretos del desarrollo de la maquina; 3) confusionismo sobre los términos de demanda y oferta. De estas y otras observaciones, la economía clásica extrae dos leyes: a) “siempre que aumentan los precios, disminuye la (cantidad)[2] demanda(da) y b) “a cada aumento de precio, aumenta la cantidad ofrecida”.
Ambos casos son efecto neto del sistema capitalista en procura del lucro. Supone la perduración de la plusvalía y su acumulación en forma de capital. Además, no cuenta con las interferencias de ciertos fenómenos de índole capitalista. Por ejemplo, sería lógico que al aumento de precios se respondiera con una restricción en la demanda ya que serian menos lo que se encontrarían en capacidad de adquirir; pero no es exacto. El algodón, por ejemplo, en 1920 alcanzó a 15 y 18 libras quintal, por un costo de producción de 3 y 4 libras por quintal, y nunca hubo mayor demanda concretándonos al caso peruano. La anarquía en la producción y las crisis son fenómenos que rompen todas las previsiones de la economía clásica, así como la rompen también la acumulación compleja del capital y su concentración respectiva.
El proteccionismo y el liberalismo
Se ha dicho ya como el proteccionismo fue negado por la revolución francesa, en principio. El libre cambio se estableció, pues, pero los Estados Unidos se mantienen irreductiblemente proteccionistas con sus teóricos en la materia, Carey y el alemán List. Una causa de política mercantil ocasiono su ruptura con Inglaterra y la Independencia. Gide observa que sí, efectivamente, es verdad que los Estados Unidos son eminentemente proteccionistas, también es verdad que existe el libre cambio entre sus propios estados y que cada uno de estos estados es una nación por su magnitud y un libre estado por su organización. De ahí resultaría que los Estados Unidos serían algo así como un Zollverein practico. Francia después de la derrota, trató de que los productos extranjeros pagasen la cuota de guerra y se lanzó al proteccionismo, preconizado por Thiers. Alemania hizo lo propio en 1879 (Gide, “Curso” p.391). Desde 1901, Chamberlain vira la tradicional política inglesa librecambista hacia el proteccionismo, y en 1933 tenemos la que Conferencia de Ottawa sanción el Zollverein entre Inglaterra y sus colonias, creando una protección decidida entre ellas, así como el panamericanismo es el disfraz tras del cual desde 1889, se disfraza el interés de los Estados Unidos de verse protegidos en los mercados indoamericanos. Hoover inicia en 1929 una feroz política proteccionista. El imperialismo es una forma aguda del proteccionismo.
¿En que se basa el proteccionismo y en qué el librecambismo? El proteccionismo considera, en esencia, que el comercio es una forma de lucha por la supremacía económica. Proyecta para lo internacional, aunque no la admita en el seno de la nación, la teoría de la lucha de clase. En este estado de guerra económica, que es el comercio, hay que defenderse y resistir a la invasión. List, uno de los teóricos del proteccionismo, afirma en su “Sistema Nacional de Economía Política” (1841) que todo país debe elevarse del estado agrario al industrial, y para fomentar su industria tiene que defenderlas contra la competencia de las ajenas. Por consecuencia, esta defensa es razón vital del progreso económico de un país. Las etapas de la economía son para List: salvaje, pastoril, agrícola, manufacturera y la comercial, que comprende a las dos anteriores separándolas. Los proteccionistas consideran, además, que la importación se lleva el numerario y convierte al importador en deudor, empobreciéndolo financieramente. Los derechos de aduana constituyen un cupo que el extranjero, y no el nacional, paga.
El librecambismo refuta al proteccionismo diciendo que si se supone ilícita la protección a las economías incipientes o industrias en formación ¿Cómo se explica que países fuertes e industrias formadas ya, como la de Estados Unidos, se defiendan de las mas débiles? Ataca al “standard for life” sustentando por el proteccionismo de los vigorosos. Rechazan por ser comprador signifique pobreza. Aduce que nunca será el extranjero el que pague los derechos de aduana sobrecargados, toda vez los mayores gravámenes sobre un producto recaen indirectamente sobre el consumidor, etc. Además, el proteccionismo encarece, mientras el intercambio abarata; el proteccionismo alza el precio de las materias primas y provoca disturbios entre los productores.
La tendencia moderna y el Perú: Hoy día se advierte tendencia al proteccionismo en varias formas. Una de ellas es la prima al productor-empresa; otra es el amparo a la industria nacional; otra, las altas tasas a los artículos de lujo extranjeros. Además, se llega a fomentar uniones aduaneras como las propugnadas por la Conferencia de Ottawa, 1933, y la de Montevideo, 1933. Como en un retorno a los tiempos de Cromwell, nuestra ley de Cabotaje de 1929 es un renacimiento del Acta de Navegación de 1651.
Las industrias nacionales reciben amparo. Chile, por ejemplo, crea grandes facilidades, y su ministro de hacienda en 1931 propuso una fusión aduanera hispanoamericana. El proteccionismo va al monopolio y al dumping. Japón fomenta la extensión de su industria en India, China y América del Sur, al extremo de haber obligado al cierre de las hilaturas de India, y al despido de 200,000 obreros Rusia decreto monopolio por el Estado del comercio exterior. Abaratada la mano de obra y el costo de producción, el trigo ruso ha competido con el argentino, en la propia Argentina, a más bajo precio que éste (dumping). El imperialismo, “ultima etapa del capitalismo” es una forma proteccionista y de extensión capitalista neta.
Noción del imperialismo
La concentración capitalista y el desarrollo de la industria crean capitales en cuantía tal que necesitan campos donde invertirse en condiciones ventajosas. Entonces comenzó la política colonial de conquista o la de penetración financiera. Esta penetración financiera fue llamada “imperialismo” por J. A. Hobson, en 1902. El imperialismo antiguo era ante todo conquista de tierras. El actual es conquista de mercados. Hobson define el imperialismo “como una realidad que implica que el uso de la maquinaria del gobierno por los intereses privados, principalmente capitalistas, o fin asegurar para ellos, las ganancias económicas fuera del país” Elmer Barnes, profesor yanqui, escribe que el Imperialismo “puede ser usado como un termino descriptivo de amplia penetración económica para adquisición de materias primas y mercados y para realizar inversiones financieras” (la cita de Barnes la tomo de, estudio de Haya de la Torre, “El problema del Indio” en “Ideario y acción aprista” Buenos Aires 1931, pág. 98).
Tras de la penetración financiera van los fusiles de la intervención armada (caso de Cuba, Panamá, Nicaragua, Haití, Santo Domingo, a manos del imperialismo yanqui; China, Sudáfrica, India, a manos del imperialismo inglés, etc.) El Perú vive la etapa de la penetración económica por el empréstito. Quien desee mayores datos puede repasar las paginas del libro “la diplomacia del dólar” por Scott Nearing y J. Freeman traducido en Madrid 1930.
La Moneda
Concepto amplio y estricto es establecido de un patrón o termino de comparación entre los valores de uso marca la aparición de la moneda. Ese concepto general se restringe por otro más circunscrito; cuando el valor de uso se materializa en oro, entonces nace el precio y, por consiguiente, la moneda metálica o moneda en su estricto sentido actual. La moneda sirve para establecer el precio de las mercaderías, pero no su valor, desde que, marxista-valor depende del tiempo de trabajo acumulado en la mercancía.
La moneda, en fin, permite una mayor movilidad de capitales y mercancías. Supongamos que sólo tengamos, en un circulo de hombres una moneda de diez soles. El que tiene los diez soles compra con ellos los víveres que necesita al bodeguero, el bodeguero con esos diez soles a cambio de los cuales ha entregado víveres, paga al zapatero el precio de un par de zapatas; el zapatero con esos diez soles que recibe del bodeguero compra cuero al talabartero; el talabartero son los diez soles del zapatero, paga la patente del negocio a la municipalidad; la municipalidad con los diez soles del talabartero compra la fuerza de trabajo de un empleado de a pie; el empleado paga otros menesteres, etc. Y así hasta el infinito, porque el dinero no se consume. La moneda permite, pues, multitud de operaciones con su mera circulación. Por eso se ha escogido el metal para fabricar la moneda.
Breve historia de la moneda: Establecido el trueque o permuta de mercancías por mercancías, surgió la necesidad de crear un médium o tercer termino de comparación uniforme. En las sociedades primitivas fue generalmente el ganado. Homero dice que el escudo de Diomedes valía 9 bueyes y el Glauco 100. El buey resultaba el índice de valor. Por eso la moneda se llamaba en Roma pecunia, o sea ganado. Y de ahí viene que se diga “pecuniario” por decir en dinero, y que se hable de lo “pecuario” o sea del ganado. En otros pueblos se utilizaron otros productos como moneda; el arroz en el Japón, la coca y el ají en el antiguo Perú, etc. Pero hubo que buscar algo que no se deteriorase que tuviese un valor estable; y surgió el metal. Primero el hierro y el cobre, muy requerido para utensilios indispensables. Después del oro, preferido para el adorno. Y el deseo de adornarse ha sido coetáneo de las sociedades más antiguas. Así surgió médium de metal. Esta moneda, desde luego, no era un círculo perfecto y acuñando como hoy. Se medía o pesaba, como un producto más. Luego se inscribieron en ella, varias marcas del que la entregaba. Después, las del señor en cuya tierra se llevaba a cabo la operación. Finalmente, el estado imprime sus armas y su cuño.
¿Porque nace la moneda metálica? Se prefiere la moneda de metal por varias razones: 1) porque puede ser reducida a pequeños pedazos, lo cual cabía que se hiciera con el ganado; 2) porque es fácilmente transportable; 3) porque dura indefinidamente; 4) porque es inalterable químicamente; 5) porque es difícil de falsificar.
La moneda propiamente dicha no aparece al mismo tiempo que el metal como unidad de cambio, a pesar de que así suele ser considerado generalmente. La moneda supone que el oro o metal no se pese, sino que se cuente. Contar es condición de congruente, con la de moneda. El metal pesado no era técnicamente una moneda.
Es probable que la primera moneda date del año 650 o 700 antes de Cristo, mandada a acuñar por un rey de Lidia, sucesor de Giges. Su forma era ovoidal; su material el electrum o aleación de oro y plata. La moneda finalmente queda definida por Stanley Jevons en la forma siguiente: “Lingotes, cuyo peso y ley están garantizados por el Estado y comprobados por la integridad de los dibujos, marcas y señales que cubren la superficie”.
¿Debe ser moneda de metal? Los metalistas o partidarios de la moneda de metal dicen que es absurdamente que lo que medir valores carezca de valor en sí. Los que prefieren la moneda de papel o el crédito, argumentan con mucha razón, que precisamente por el hecho de medir valores es necesario que su índice (moneda) no sea una mercancía sujeta a fluctuaciones diversas, como el oro o la plata, sino que descanse en su estabilidad. Si la moneda tiene valor propio caes dentro de la ley de la oferta y la demanda, ella misma. (Véase Ignacio Meller, “Patrón de oro y bimetalismo”, Lima 1932, p. 13 Meller era un alumno de Ciencias Económicas prematuramente muerto).
La moneda de metal: según los metalistas lo esencial en la moneda de metal es que tanga un valor metálico rigurosamente igual a su valor nominal. O sea que su poder adquisitivo sea igual a su precio o valor de uso, usando términos marxistas; igual a su valor intrínseco, usando términos ajenos al marxismo. De esta condición derivan tres clases de moneda metálica: 1) la moneda fuerte, (desde luego solo existe como mercancía y no como moneda) cuando el precio de la aleación es superior al valor nominal de la moneda, como pasa con la libra de oro peruana, cuyo valor adquisitivo es de diez soles, pero que tiene en oro un precio de doce y quince soles, según se cotiza el mercado, lo cual demuestra que el otro material de la moneda ha caído bajo la ley de la oferta y de la demanda. En este coso, la moneda no se usa como moneda para pagar, sino que se emplea como mercancía para obtener ganancia, vendiéndola. 2) moneda feble o débil cuyo poder adquisitivo es inferior a su precio o valor de uso. Así el sol peruano que tiene solo 5 decimos de plata, pero que vale nominalmente 10/10. Antes valía 9/10. 3) moneda a la par o legal cuando el valor adquisitivo es igual al del metal, que rara vez ocurre. La moneda feble descansa en la garantía de reservas en metálico o en el crédito del emisor.
La moneda de papel: para satisfacer las necesidades del movimiento financiero moderno, se ha creado, a base de crédito, la moneda de papel. Desde luego su valor es temporal, su radio de acción mas limitado porque no puede correr sino en el propio país (lo cual está contradicho por el dólar y la libra inglesa, etc, que se cotizan fuera de sus países en papel); y porque teóricamente puede ser mas variable. Adam Smith ha dicho que la moneda de papel permite movilizar más riquezas en un país desde que si se usa moneda de metal, el metal acuñado en la moneda constituye un capital improductivo, mientras que, usando la moneda de papel, aquel capital es utilizado en otras formas.
El empleo de la moneda de papel produce a veces alzas de precios que es temporal, y causa perturbaciones en el cambio, como el alza del oro, pero, ello se limita después. Hay tres clases de monedas de papel: 1) la moneda fiduciaria (fide o sea fe, confianza, y ucia moneda). Esta moneda descansa en la confianza, en el crédito, y tiene reserva de oro parcial, como la peruana. 2) moneda representativa, cuando el papel es un signo de la reserva en oro. 3) papel moneda o billete fiscal, cuando el estado en apuros económicos lanza billetes sobre su propia garantía. Esta moneda siempre conduce a la inflación del numerario y al alza de las subsistencias.
Ley de Gresham: En el caso de la moneda fuerte, explicado en el párrafo 115[3], funciona la ley de Gresham, cuyo enunciado dice: “En donde se ponen en circulación dos monedas legales, la moneda mala desaloja a la moneda buena”. Antes que Gresham, canciller de la Reina Isabel II de Inglaterra, ya Aristófanes había enunciado esta teoría en su comedia “Las Ranas”. La demostración es clara. Supongamos, como es, que en el Perú coexistan la libra de oro acuñada en oro físico, y la libra de oro en papel. ¿Qué hará el consumidor? Pues, guardara sus de oro físico y comprara con oro papel. Esta moneda inferior a la otra en valor de uso desaloja al oro físico. De ahí que la ley de Gresham se cumpla siempre que hayan circulando una moneda gastada y una moneda nueva; una moneda depreciada y una moneda metálica; siempre que hayan a la vez moneda legal y feble o moneda legal y fuerte.
Monometalismo y bimetalismo: Esta proposición, igual que las dos anteriores, no aparece, concretado en el programa oficial. Sin embargo, forzoso es detenerse en ella. Sabemos que hay varios metales usados para moneda; oro, plata, cobre, níquel. El cobre y el níquel, por su menor valor de uso o precio, no son moneda legal corresponde al oro o a la plata. ¿Qué quiere decir moneda legal? Que es de curso forzoso.
El curso forzoso de una clase de metal supone que los demás son sus submúltiplos, sus fracciones. Así, establecido el oro, el “patrón de oro” o “talón de oro”, la plata subsiste, pero como parte o fracción del oro, “la sola moneda de oro tiene curso legal; es también la única por la que hay que preocuparse en mantener una perfecta equivalencia entre su valor legal o valor intrínseco” (Gide, Curso, 337). He aquí el sistema monometalista.
Si son dos metales o dos monedas las de carácter legal, plata y oro, como el tradicional sistema francés, se tiene el sistema bimetalista. Esta coexistencia de dos metales exige que se mantenga entre ambas una correlación, una proporción exacta y constante. Supuesto que el oro valga X en relación con la plata, esta proporción deberá ser mantenida todo el tiempo. Y si el oro se deprecia, será necesario aumentar la ley de oro de la moneda de oro para que no se rompa el equilibrio, lo cual es utópico. Así el descubrimiento de las minas de oro en 1847 en California y de Australia en 1851 produjo tanta cantidad de oro que el oro se depreció. Hacia 1871 disminuyó la producción de oro, por consecuencia subió su valor. Este es el sistema bimetalista en su más empírica presentación. Gide, que monometalista, se pronuncia resueltamente porque los países bimetalistas en apariencia en realidad son monometalistas. Apoya este aserto en que desde 1816 los países, empezando por Inglaterra, Portugal (1854); Alemania (1873), Escandinavia (1875), Finlandia (1878), Rumania (1890) Austria (1892) Japón (1897), PERU (1901) han adoptado por el monometalismo con patrón oro.
El retorno a la plata - desde 1929 el mundo ha sufrido una violenta conmoción en lo que respecta a la moneda. El patrón de oro, mantenido celosamente aun en Francia, ha sido abandonado por casi todos los países. Veamos ligeramente los casos, a través de algunas experiencias: 1) la experiencia alemana de la inflación; 2) variación de la plata; 3) la crisis del oro; 4) la nueva conciencia financiera.
1) La inflación alemana fue el hecho financiero sensacional de 1921-23. Según el Tratado de Versalles, que puso fin a la guerra mundial, el 1ero de mayo de 1920 debía fijarse al monto de la indemnización que Alemania debía de pagar a la Entente. Alemania ofreció pagar mil millones de marcos oro por año. Pero, Londres impuso, desde el primer año 4 mil millones de marcos oro por año. Alemania tuvo que aceptar. A mediados de 1922 el peso de esa excesiva obligación económica produjo la caída del marco. El dólar valía ya 1,000 marcos. A fines de 1922 se aumentó la circulación de marcos papel. La situación se agravó con el asesinato de Rathenau y con la ocupación del Ruhr. 12 millones de pobladores hubieron de recurrir a la ayuda gubernativa. En enero de 1923, la deuda flotante era de 2 trillones de marcos; en abril, 8 trillones; en julio 57 trillones, en agosto, 1,200 trillones. Los billetes 2 trillones en enero y 3,200 trillones en agosto. El desastre se precipitó posteriormente. A la sombra de esta inflación prosperan grandes propietarios e industriales, entre ellos el celebre Hugo Stinnes (véase, Rilhard Lewinsohn, “Histoire de l´Inflation”, “Le deplacement de la richese en Europe” (1914-1925); Payot, París 1926)
2) La variación de la plata: la depreciación de la plata se produce hacia 1873. Hasta entonces, la relación media constante entre el oro y la plata era de 1.15, según se ve en los cuadros oficiales. Esta relación se mantenía desde 1621. Pero, en 1873, Alemania y Escandinavia abandonan el bimetalismo y Estados Unidos desmonetiza la plata. El convenio del 5 de noviembre de 1878 tomado por la Unión Latina suspende la acuñación de la plata. El precio medio de la onza de plata, que era de 1.30 por onza, se convierte en 0.32 en 1930. Y la proporción de 1.15 con el oro pasa a ser la de 1:54,39. Pero, después de la guerra mundial, la escasa producción del oro, su creciente demanda para amonedación y su mala distribución producen el alza inmoderada del metal y la reducción de precios juntándose así a la superproducción el lógico subconsumo producido por la desocupación, como una de la consecuencia del alza de precios y reducción de personal trabajador. Se vio, entonces que llegan la crisis del oro amonedado por excelencia. Según una estadística de la Casa de Moneda de Washington, a pesar de existir el patrón de oro, solo el 50 por ciento del oro se acuña, mientras que el 80 por ciento de la plata se emplea en moneda. Este solo dato basta para demostrar que la plata, es por tendencia, el metal amonedable en vez del oro o al lado de él. Se pensó, entonces restaurar el bimetalismo. Inglaterra abandonó el patrón de oro. Los países latinos sintieron igual necesidad agravada el crac de 1929. En realidad, el bimetalismo significa la estabilidad de la plata, ya que, pactándose un cambio estable para ésta, por ser moneda legal, recupera su valor perdido.
3) La crisis del oro: queda expuesta en el rubro anterior.
4) La nueva conciencia financiera: conduce al bimetalismo. Ello fluye de las anteriores premisas. La superstición del oro proviene de muchas causas, casi todas ellas ficticias: por ejemplo, la exigencia de los Estados Unidos a que su deuda fuese pagada en oro, abovedado luego sin productividad alguna. El mundo va hacia otros rumbos, alejándose del egoísmo, en teoría, al menos, en vista del fracaso del egoísmo. El problema del monometalismo y el bimetalismo es, no solo un fenómeno financiero, sino también un fenómeno de confianza, un fenómeno moral, como todos los económicos.
Perú y América ante el problema de la moneda
El Perú atraviesa por una crisis financiera, después de la guerra. En 1930 la moneda de curso legal era entre nosotros la siguiente: Libra de 7 gramos 988 de peso- ley 0.916 2/3 con poder cancelatorio ilimitado. Media libra, quinto de libra, diez soles oro y cincuenta soles oro (todos con poder cancelatorio ilimitado o sea que son de curso obligado hasta cualquier suma). Plata: sol, medio sol, quinto de sol o peseta, dinero o real (10 cts.) medio dinero o medio (5 cts.) Plata feble: los mismos tipos que en plata. Cobre: doble centavo y un centavo. La moneda de un sol tiene poder cancelatorio hasta por veinte soles (decreto-ley de 18 de abril de 1931). Las de medio sol o inferiores solo hasta por cinco soles (decreto-ley de igual fecha).
La libra de oro fue creada por leyes del 20 de diciembre de 1897 y del 14 de diciembre de 1901. La media libra, por las de 13 de diciembre de 1906 y 11 de diciembre 1901. El quinto de libra, el 16 de noviembre de 1906. Los “soles oro” (papel) el 10 de febrero de 1930. Las monedas de plata, por leyes de 14 de febrero de 1863 y del 30 de diciembre de 1872. Las de plata feble, el 27 de enero de 1932, con excepción de peseta, real, y medio que son anteriores. Las de cobre, el 14 de febrero de 1863, 1 de agosto de 1870 y 10 de febrero de 1904.
La moneda de papel esta creada por la ley número 4,500, y es de los tipos de cien, cincuenta, diez, y cinco soles oro. El año que se acuñó más moneda en el Perú fue el de 1917, con un total de 1´930,217 libras, 6 soles, cero centavos. En 1898, se acuñaron, libras peruanas, Lp. 40,073.0.00. El total acuñado es hasta marzo de 1930 de Lp. 5,933.421.4.00.
En el cambio se ve la crisis de la moneda peruana con relación al dólar. Mientras que en 1902 los promedios de cambio son los siguientes: Más alto: 4.74 y más bajo 4.91, en 1930 fueron más alto 2.91 y más bajo 3.89 (véase extracto estadístico, 1930, pág. 21 y siguientes).
Al venir la misión Kemmerer estabilizó el cambio al tipo de 28 centavos oro por sol peruano, en lugar de 48 centavos oro por sol que en años anteriores. El sol había perdido casi la mitad de su valor. Esta modificación fue interesada, ya que Kemmerer representaba a los banqueros yanquis, urgidos de colocar sus productos y necesitados de mantener el pago. En el Perú solo favoreció este cambio a los exportadores, quienes recibían el precio de sus mercancías en dólares, para pagar salarios en soles peruanos depreciados. Prácticamente doblaban la plusvalía, acelerando el proceso de acumulación de capital en pocas manos.
En 1932, la crisis económica y política hizo insostenible la divisa oro inconvertible. En marzo de ese año, un boletín del partido aprista planteó el cambio del sistema monetario, por la plata, a la vez que estimulaba la producción de plata y adoptaba diversas medidas complementarias. El congreso se limitó a dar una ley incompleta, declarando la convertibilidad de la moneda.
Ahora bien, indudablemente el bimetalismo nos favorece. Porque los países productores de plata se ven en mejores condiciones que los demás. Y porque además tenemos grandes cantidades de plata. El año de máxima producción de plata en el Perú fue el de 1926 con 700,561 kilos. En 1930 fue de 517,500 kilos. Pues bien, en 1930 tuvimos el cuarto lugar en la producción de plata correspondiendo el 1ero a Estados Unidos, el 2do a México, el 3ero a Canadá, el 4to a Perú, el 5to a Bolivia, etc. Los países americanos son favorecidos con la revalorización de la plata pues poseen el 75 por ciento de la producción mundial. El 10 por ciento lo produce américa del sur y el 75 por ciento américa del norte. Es perfectamente lógico que el estabilizar la moneda de plata ofrezca considerables ventajas al Perú y a América.
Hasta
aquí la transcripción textual de lo publicado por Luis Alberto. Realizado con
el único propósito de traer su espíritu, educado y educador, al presente. Por
lo que me despido, agradeciendo nuevamente a la Biblioteca de la Penn State
University por el préstamo interbibliotecario concedido que me ha permitido
tener acceso al documento; y a ustedes, porque espero sigan manifestando sus
preguntas, las cuales leeré en los comentarios, y, respecto de las cuales comprometo
dialogaremos.
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