Serie Palabras de Seoane: Aprismo significa renovación

Gráfico las aceradas palabras de Manuel Seoane Corrales en esta primera entrega de serie para traer al siglo XXI su espíritu, con la espada del generalísimo Don Jose de San Martín que impone sala con su nombre 


Seguimos tenazmente nuestro propósito de dignificación cívica. Sabemos que constituimos el partido de las clases productoras que debe dar ejemplo al país. La crisis que sacude al Perú no es solamente una crisis económica y por consiguiente política. Es también una crisis moral. 

Once años y seis meses de desgobierno y de terror, ciento diez años de compadrería burocrática, de reparto del presupuesto fiscal y corrupción de conciencias, han impreso una honda huella en el sector adversario del aprismo. Cotización de individuos, cohecho, y fraude, todas las lacras que enturbiaron nuestro pasado político pugnan por revivir en esta agitada hora de la víspera electoral. 

Luchamos contra todas esas inferioridades. Hay que educar con el ejemplo. Mientras nuestros enemigos esgrimen rumor y la calumnia irresponsables, mientras intrigan contra nosotros propalando las mas absurdas versiones, mientras confabulan en las sombras para tramar siniestros planes, nosotros seguimos nuestra obra educativa, despertando la conciencia del pueblo, exhibiendo los problemas sociales y políticos del país. Resbala sobre nosotros toda la campaña opositora Sabemos que nuestra finalidad es muy elevada y no podemos ayudar a corromper el país, ofreciendo el espectáculo degradante de una lucha enconada y enferma de recursos ilícitos. 

Seguimos dignificando la política. Recibiendo el insulto para transformarlo en idea. Por eso no solamente bis separa de la derecha peruana nuestra ideología política sino también nuestros métodos de pugna. De ahí que afirmemos que, en todo sentido, significamos renovación. El país está harto de sus antiguos políticos. No solo porque demostraron incapacidad y falta de honradez, sino porque jamás practicaron la política doctrinaria, apoyada en el idealismo; sino la política rastrera a base de insultos y calumnias, trampas y mistificación. 

Estamos contentos de nuestra responsabilidad. Y sabremos cumplirla hasta el fin. No nos atemorizan las bravatas de nuestros adversarios, niños hace desviar de nuestra línea recta el uso de recursos desleales. Somos una fuerza moral en el país. Y este es quizás el sentido más profundo de nuestra renovación.

 

Publicado originalmente en la Tribuna del 6 setiembre 1931

Paginas Polémicas 1era Edición 1931 Pag 12-13

Editorial La Tribuna

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