Gestión Regional: ¿Las cosas a la Moqueguana o la Chotana?

Mientras se acercan las elecciones regionales, desde los medios están vendiendo sonrientes como promotora en supermercado; que el cambio del combate a la pobreza al combate de la desigualdad es el cambio “indispensable”.

Los medios apoyados en algunos investigadores indican que la “sostenibilidad fiscal” juntamente con el combate de las desigualdades, son el desafío que dará gobernabilidad al crecimiento descentralizado. Sinceramente es algo con lo que discrepo, dado que por un lado quieren combatir síntomas y no causas; y por otro, que lo hacen diciendo que “ellos” tienen la solución, al darle mayor énfasis a la desigualdad, dentro de la ecuación de crecimiento.

Para describir mis ideas me apoyaré en un caso. La gestión regional “a la moqueguana” se ha hecho conocida por el crecimiento escalonado de los recursos fiscales para los tres niveles de gobierno, debido a los mayores ingresos provenientes de los impuestos a la extracción de recursos naturales. Logrando posicionar a Moquegua, entre las regiones con mayores recursos públicos por habitante, más que Lima, aunque menos que Tumbes.

De acuerdo con reporte de evolución del presupuesto público 2010-2022 se disponen en Moquegua el equivalente a US$ 2,400 por habiente año, de los cuales se han dejado de ejecutar anualmente el 17.4 %. Esta cifra significa un total acumulado de US$ 81 millones de dólares en el mismo periodo, y demuestra que no es la falta de recursos lo que explica que no se haya logrado efectividad en enfrentar la falta de formalidad, alta disparidad de ingresos entre comunidades costeras y andinas, las brechas educativas y de infraestructura, la vivienda, luz, agua y desagüe.

Si bien la generación de ingresos fiscales permanente es importante para la sostenibilidad de la gestión. Los precios internacionales han ayudado a que el gobierno regional reciba el equivalen al 31.6 por ciento de total para los tres niveles de gobierno, y se disponga de un presupuesto de S/. 553.98 millones soles para 2022 con el cual se busca hacer más de lo mismo, sin dar solución a problemas para una población que es 26.6 por ciento menores a 14 años, y el 11.2 por ciento de adultos mayores.

El presupuesto anual del gobierno regional que equivale a US$ 145.8 millones de dólares, significa que se dispone de US$ 756.6 dólares en promedio por habitante/año, y por lo tanto US$ 1,640.8 de los recursos públicos por habitante que son manejados por otros 23 equipos burocráticos. Debemos ser conscientes además que Moquegua es una region de solo tres provincias y 20 distritos y es por lo tanto un buen ejemplo de la mayor facilidad significa organizar una mayor ejecución de gasto respecto por ejemplo de una región de 20 provincias y 166 distritos como Ancash.

Además, deben ser conscientes que todos se han beneficiado del crecimiento en 34.8 por ciento en los ingresos durante el periodo entre 2010 y el 2022 (para los tres niveles de gobierno) y tienen la responsabilidad de asegurar que se ejecuten proyectos que mantenga o incluso amplíen los recursos fiscales a favor de la región. Los recursos determinados que recibe el gobierno regional los obtiene del canon pesquero y minero, de regalías mineras y del fondo de compensación regional y se estima que estos van a crecer en los próximos años, con el ingreso a fase de producción de las inversiones en Quellaveco por (US$ 5,300 millones), Los Calatos (US$ 655 millones) y San Gabriel (US 422 Millones).

De acuerdo con las cifras publicadas, Moquegua acumularía más 1,100 millones soles adicionales en tributos durante el periodo de explotación de los proyectos mencionados. Con ello estimo que se obtendrían US$ 55 millones adicionales por año, por los próximos veinte años. Esta cifra significa US$ 286 dólares adicionales por habitante/año.

Estas cifras muestran que va a estar presente lo que Haya de la Torre llamo "regionalismo de los explotadores" que no es otro que aquel que se quiere imponer sobre otro. Cuando un distrito o provincia quiere hacerlo sobre otros o incluso cuando una parte de una cuenca quiere imponerse sobre la otra parte de la misma cuenca. La verdadera gestión regional no solo se refiere a las disputas entre el gobierno central y los subnacionales. Se refiere a los problemas no resueltos que dejan excluidos dentro del mismo territorio  por no recibir recursos determinados (canon y regalías), y porque anula creatividad porque los recursos que son transferidos van definidos en sus fines e incluso fecha de ejecución.

Por lo mencionado, los recursos involucrados en la gestión pública de Moquegua van a crecer, a pesar de no haber descentralización fiscal, haciendo más tentador pecar al justo dado que el arca sigue abierta y creciente. Pero ¿Por qué dices que el arca esta abierta? Los problemas de todos son problemas de nadie y ello deja a la coordinación entre los 24 equipos cumplir las metas que necesita el ciudadano-trabajador dentro de su región. Eso es mantener el arca abierta o no definida porque no solo se requieren mejores capacidades en los 24 equipos profesionales (una región, tres provincias y veinte distritos) que permitan planificar. Sino sobre todo, como Haya de la Torre nos dijo, para ejecutar aquello que solucione lo que los poblaciones oprimidas necesitan; se requiere saber, ser trabajador y honrado y no trabajar para las agendas de políticas centrales.

La población depende de una burocracia Moqueguana, que ha mostrado en los últimos 10 años, ser incapaz y que vive del valor que producen otros: auto empleados, empleadores, como empleados. Así, por ejemplo la región y la SUNAT, no han sido capaces de ofrecerle a sus conciudadanos un programa que reduzca una PEA que es 57 por ciento informal. Además según el último informe de la contraloría reportando la corrupción 11.5 de cada 100 soles invertidos en el sector público durante el 2021 se perdieron producto de la corrupción e inconducta funcional; y entre 2019 y 2021, se han perdido 743 millones de soles por estos conceptos.

La región de Moquegua dispone de los mayores recursos públicos por habitante pero por la centralización de las decisiones en Lima no logra disponer recursos para solucionar: 1) la limitación que hace que solo exista conectividad a internet en plazas de los distritos alto andinos, 2) que la interconectividad asfaltada solo sea a menos de 1,400 metros sobre el nivel del mar; o 3) no haya efectiva coordinación con el nivel central porque todos los sectores atomizan el concepto coordinación económica funcional (creándose "comités consultivos regionales para cada función: turismo, comercio, educación, salud, etc). 

Por el grafico mostrado pareciera que las cosas han mejorado en el ultimo año en Moquegua. Sin embargo me atrevo a decir que están con "camuflage" a la espera del salto para las elecciones. Es conocido además que, dentro del sector público, incluido el de Moquegua, se convive con la cultura del “hacer de a poquitos”, del “para que te vas a matar”, “para que hacerse de enemigos”. Además, todos cumplen un requisito indispensable, el de estar bien “colocados”, para facilitar el paso raudo entre muchos, movidos por un motor de dos tiempos (de la ambición y el menor esfuerzo). Por ello, es esencial que los ciudadanos en regiones reconozcan a la incapacidad y la corrupción, como las mayores fuentes de desigualdades.

Lo digo porque regiones como Moquegua tienen una burocracia que dispone de las mayores asignaciones fiscales per cápita en el país y no pueden implementar soluciones para sus habitantes. Los puestos deben ser revisados, para dar paso a profesionales capaces de ejecutar a pesar de las trabas. En todo el país debemos exigir políticas públicas sobrias, sin exageraciones, basadas en su eficacia y adecuadas a su territorio, porque la determinación de lo que se debe ejecutar dentro de él, la tienen también los que allí viven y no en el nivel central de gobierno.

Termino indicando que en una próximas entrada desarrollaré con mayor profundidad las posibilidades que tienen la región, para destinar canon al desarrollo del comercio y servicios como el turismo. Recordemos entonces que en estas elecciones debemos alentar a que se cambien las cosas. No pueden seguir “a la moqueguana” como las he descrito, o “a la chotana” como las vemos en la televisión. En estas elecciones, se debe romper con ataduras monárquicas que aún no se destierran en el Perú, como es que solo “crezcan o prosperen” los que reciben favores por estar conectados a una clase, que antes se llamaba “corte” y hoy se le dice "burocracia".

 

Imagen de Moquegua de Luis Soriano descarga gratuita en Pixabay


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